Basándose en esta premisa y apuntalando los versos de Zorrilla, el autor del libreto al que los actores dan vida hace una cabriola en el etéreo aire de Sevilla. Una finta casi boxística, una caprichosa pirueta que une el tiempo y el no-tiempo, el antes y el después, el ser y el no ser, la virtud y la felonía, el amor y la pasión insana. Cabalga sobre el filo de la navaja de lo irreal, mezclando ambientes y voces reales con ecos fantasmales de otros tiempos, aunque siempre dentro de una dinámica actual que hará que el espectador, cuando la función concluya, creerá ver por las calles a los personajes de la comedia.
La obra, puesta en pie con una técnica depurada en cuanto a mezcla de voz y música, imágenes y sonido, personajes reales e imaginarios…, cala en lo más profundo del ser de los espectadores, que salen de la sala sin saber si la acción ha transcurrido en Sevilla, Tokio o el mismísimo Moscú.
¿Existe Sevilla? ¿La de los pasos de Semana Santa, sin gentío; la de la Feria abril abrileña de pianillo; la de los patios de vecinos con jazmín y dama de noche; la de la Velá de Triana de avellanitas verdes y barbo en adobo? ¿Existe la de las mozas de jazmines y recatada mirada tras la reja? ¿Existieron los “cafés-cantantes” de la Alameda? ¿Los duelos de espada en Santa Cruz? ¿Las “Doña Inés” cigarreras de la Fábrica?
El sevillano, o mejor “los sevillanos” vivimos Sevilla como una ensoñación, como un misterio. Y es tal, que somos capaces de verla y recrearla a nuestra imagen y semejanza, tan sólo admirando un naranjo en flor cuajado de azahar. Aunque el naranjo, en cuestión, esté en cualquier lugar de Shangai.
• FECHA: Sábado 4 de Noviembre
• HORARIO: 20:30 H
•PRECIOS: Platea y Palcos 20€ / Anfiteatro 15€